Cosiendo en las estrellas...

Así imagino que estará mi abuelita Huri, que finalmente se fue el Jueves 8.

Sus manos nos vistieron a mi hermana y a mi, a mis primos, y antes a mi papá y mi tía, a mis hijos y a mis sobrinos...

Luego, su universo costuril se amplió casi sin darse cuenta, y se convirtió en una modista para niños... la que hacía los vestidos más lindos  a las nenas y las camisitas más elegantes a los varones.

Sus manos no podían estar quietas, y en los momentos de ocio, también tejían a dos agujas... No sabía tejer al crochet, y siempre decía que yo tenía que enseñarle esa maravilla que aprendí con mi otra abuelita.

Huri no fue una mujer famosa, pero son muy profundas las huellas que ha dejado en sus seres más cercanos: huellas con aroma a tallarines caseros de los domingos, a tortas negras, a cañoncitos con levadura y enooormes pastafrolas de dulce de leche...

Huellas de telitas de colores, de ropa reciclada, de ruidito de máquina de coser, de botones, alfileres, cintas y galoncitos...

Huellas de oído siempre atento, de mate preparado para acompañar la charla, de comprensión, de complicidad, de amor incondicional.

 Hasta pronto Abueli de mi  corazón, un día volveremos a estar juntas. Gracias por acompañarme 45 años, gracias por todo lo que me enseñaste. Mientras tanto recibe mi homenaje público en este espacio que te hubiese encantado, porque es un espacio  de costureras. Como vos.