jueves, 30 de septiembre de 2010

En Primavera


La Primavera está llegando... aunque hace un frío bárbaro!!!  Aquí está la Primavera, en el bloque del SAL organizado por Isi que acabo de terminar, en el último día del mes...
También está llegando a mi patio, donde por primera vez floreció esta enredadera que plantamos hace dos años...

Es linda, no?? Me recuerda a ese pasaje bíblico que dice que ni aún el rey Salomón con toda su gloria logró vestirse como un lirio del campo, perfecta y hermosas en su sencillez.

Les digo a las que me pidieron ver a "Chuky", que falleció hace años el pobre, luego de que tanto me cargaban... Les mando un beso súper grande, y Homerito también les manda un lengüetazo (que son los besos que dan los perros)
Chau chau!!!!

sábado, 25 de septiembre de 2010

Cosiendo con María Quilter y Sorteos

Hoooooolaaaaa!!! Y la primavera??? La vieron por ahí??? Porque acá está lloviendo!!! ja ja!!!
Les cuento que terminé hace unos días el neceser que cosimos junto a María . Ella nos preparó un tutorial buenísimo, y fue muy grato coser este pequeño neceser junto a ella, que hace unos trabajos tan lindos...(especialmente sus bolsos me fascinan!!!) ¡¡¡GRACIAS MARIA!!!!
Como ven, lo hice versión "primaveral", y el interior es de la misma tela cuadrillé que el vestidito del ángel.

Eso sí... ahora que miro la foto, me doy cuenta que salió con un defecto en la vista!!! ja ja!!! Es medio bizco el pobre!!!! Me recuerda a una vez que hice un ángel para colgar en la puerta en Navidad: Todo el cuerpo en liencillo, el vestido bordado y con broderí en la parte de abajo, el cuello de encaje, el pelo con rizos... dejé para el final dibujarle la cara y...¡¡¡ay Dios mío!!!! Me salió una expresión tan maldita en la mirada que casi me muero!!! Mis chicos lo bautizaron "Chuky", el muñeco maldito!!!! Qué horror!!!! después de tanto trabajar!!! Al lado de Chuky, este angelito del neceser está genial ja ja!!!
Bueno, también aprovecho para contarles (por si queda alguien sin enterarse) del Sorteo de Angelines Artero, que ha superado las 100.000 visitas!!!! Es genial!!! Lo que pasa es que ella es una gran maestra, y siempre acudo a su Blog y su libro "El Centón" para aprender algo sobre el patchwork. Así que a anotarse todo el mundo y si alguien no la conoce, a visitarla!!!!
En mi barra lateral también publiqué el sorteo organizado por Patchwork Funny Cotton, que cumple su primer año blogueril. Tiene muchas lindas ideas, así que merece la pena visitarlo!!!
Bueno, amigas, eso es todo por ahora, me voy a continuar con mi Baltimore!!! Besos!!!

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Para dar alegría al corazón


Me encantan las cosas chiquitas, las que nos alegran la vida de todos los días... Así que siguiendo el consejo de mi amiga Gra, que me sugirió hacer pequeños trabajitos (sobre todo porque no tengo demasiado tiempo y así puedo ver resultados),  con una partecita de las telas que me regaló Gladys   y la explicación de cómo imprimir hexágonos que nos dio Cecilia , me puse a trabajar en una funda para mis lentes, los que uso para leer o coser (y sobre todo para enhebrar las agujas de apliqué!!!). Me encantó hacer este trabajito, y luego de dos o tres ratos obtuve este resultado:
 
Le coloqué una capa bien finita de guata y le hice un acolchadito a mano con hilo mouliné (el único que sé hacer por ahora). como ya saben porque siempre lo digo, me gustan esas puntaditas que le dan un aire "campestre"... Para cerrar, un brochecito a presión y listo...

                                                                   

Poco a poco se van decorando mis pertenencias adentro de mis bolsos, que siempre llevan de todo!!! Miren qué lindo el porta pañuelitos de papel. Fue un regalo de Graciela, muy lindo y útil. 

También me regaló este cuellito tannnnn abrigadito y cálido. Estos regalos los recibí hace tiempo, ahora ya hace más calorcito, pero les aseguro que lo usé mucho!!! ¿No es divino???

¡¡¡Gracias chicas!!! por ayudarme a crecer en este hobby, y también por tanto cariño!! Gracias por los comentarios a mi entrada del cuento de Mastretta. Ya que les gustan las historias... las invito a ver este video.Me lo enviaron como regalo por el día del maestro, y realmente me encantó. Es un cortometraje llamado "The Butterfly Circus" o "El Circo de la Mariposa", y su director es Joshua Weigel.
Creo que vale la pena verlo... Y luego me cuentan qué les parece. 


Un abrazo, sigamos compartiendo y disfrutando de la vida!!!

sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Quieren que les cuente un cuento??




 Quiero decirles que estoy muy emocionada con los comentarios que han hecho a mi entrada anterior. Es maravilloso el collar de historias que juntas hemos tejido a partir de la foto de mi abuelita, cada una de ustedes recordando a abuelas, tías, mamás, personas que han marcado nuestras vidas de una forma indeleble, y que forman parte de lo que somos nosotras mismas.
Y...¿saben? Me hicieron recordar un cuento que me gusta enormemente, que cada tanto releo y que cada vez vuelve a emocionarme como la primera vez: Se trata de "Mujeres de ojos grandes" de la escritora mexicana Angeles Mastretta (que admiro y sigo). Así que lo traje, para seguir convocando a la emoción, a lo que llevamos dentro, a lo verdaderamente importante. 

Tía Jose Rivadeneira tuvo una hija con los ojos grandes como dos lunas, como un deseo. Apenas colocada en su abrazo, todavía húmeda y vacilante, la niña le mostró los ojos y algo en las alas de sus labios que parecía una pregunta.
-¿Qué quieres saber?- le dijo la tía Jose jugando a que entendía ese gesto.
Como todas las madres, tía Jose pensó que no había en la historia del mundo una criatura tan hermosa como la suya. La deslumbraban el color de su piel, el tamaño de sus pestañas y la placidez con que dormía. Temblaba de orgullo imaginando lo que haría con la sangre y las quimeras que latían en su cuerpo.
Se dedicó a contemplarla con altivez y regocijo durante más de tres semanas. Entonces la inexpugnable vida hizo caer sobra la niña una enfermedad que en cinco horas convirtió su extraordinaria viveza en un sueño extenuado y remoto que parecía llevársela de regreso a la muerte.
Cuando todos sus talentos curativos no lograron mejoría alguna, tía Jose, pálida de terror, la cargó hasta el hospital. Ahí se la quitaron de los brazos y una docena de médicos y enfermeras empezaron a moverse agitados y confundidos en torno a la niña. Tía Jose la vio irse tras una puerta que le prohibía la entrada y con aquel dolor como un acantilado.
Ahí la encontró su marido, que era un hombre sensato y prudente como los hombres acostumbran fingir que son. Le ayudó a levantarse y la regañó por su falta de cordura y esperanza. Su marido confiaba en la ciencia médica y hablaba de ella como otros hablan de Dios. Por eso lo turbaba la insensatez en que se había colocado su mujer, incapaz de hacer otra cosa que llorar y maldecir su destino.
Aislaron a la niña en una sala de terapia intensiva. Un lugar blanco y limpio al que las madres sólo podían entrar media hora diaria. Entonces se llenaba de oraciones y ruegos. Todas las mujeres persignaban el rostro de sus hijos, les recorrían el cuerpo con estampas y agua bendita, pedían a todo Dios que los dejara vivos. La tía Jose no conseguía sino llegar junto a la cuna donde su hija apenas respiraba para pedirle: “no te mueras”. Después lloraba y lloraba sin secarse los ojos ni moverse hasta que las enfermeras le avisaban que debía salir.
Entonces volvía a sentarse en las bancas cercanas a la puerta, con la cabeza sobre las piernas, sin hambre y sin voz, rencorosa y arisca, ferviente y desesperada. ¿Qué podía hacer? ¿Por qué tenía que vivir su hija? ¿Qué sería bueno ofrecerle a su cuerpo pequeño lleno de agujas y sondas para que le interesara quedarse en este mundo? ¿Qué podría decirle para convencerla de que valía la pena hacer el esfuerzo en vez de morirse?
Una mañana, sin saber la causa, iluminada sólo por los fantasmas de su corazón, se acercó a la niña y empezó a contarle las historias de sus antepasadas. Quienes habían sido, que mujeres tejieron sus vidas con que hombres antes de que la boca y el ombligo de su hija se anudaran en ella. De que estaban hechas, cuantos trabajos habían pasado, que penas y jolgorios traía ella como herencia. Quienes sembraron con intrepidez y fantasías la vida que le tocaba prolongar.
Durante muchos días recordó, imaginó, inventó. Cada minuto de cada hora disponible habló sin tregua en el oído de su hija. Por fin, al atardecer de un jueves, mientras contaba implacable alguna historia, su hija abrió los ojos y la miró ávida y desafiante, como sería el resto de su larga existencia.
El marido de tía Jose dio gracias a los médicos, los médicos dieron gracias a los adelantos de su ciencia, la tía abrazó a su niña y salió del hospital sin decir una palabra. Sólo ella sabía a quienes agradecer la vida de su hija. Sólo ella supo siempre que ninguna ciencia fue capaz de mover tanto, como la escondida en los ásperos y sutiles hallazgos de otras mujeres con los ojos grandes.

Gracias por estar, y por formar parte de mi lista personal de mujeres "de ojos grandes"...
Un abrazo cariñoso!!!!
La hermosa imagen que acompaña el relato es una de las "Habaneras" del pintor cubano Servando Cabrera Moreno, las hallé y me encantaron!!