sábado, 4 de septiembre de 2010

¿Quieren que les cuente un cuento??




 Quiero decirles que estoy muy emocionada con los comentarios que han hecho a mi entrada anterior. Es maravilloso el collar de historias que juntas hemos tejido a partir de la foto de mi abuelita, cada una de ustedes recordando a abuelas, tías, mamás, personas que han marcado nuestras vidas de una forma indeleble, y que forman parte de lo que somos nosotras mismas.
Y...¿saben? Me hicieron recordar un cuento que me gusta enormemente, que cada tanto releo y que cada vez vuelve a emocionarme como la primera vez: Se trata de "Mujeres de ojos grandes" de la escritora mexicana Angeles Mastretta (que admiro y sigo). Así que lo traje, para seguir convocando a la emoción, a lo que llevamos dentro, a lo verdaderamente importante. 

Tía Jose Rivadeneira tuvo una hija con los ojos grandes como dos lunas, como un deseo. Apenas colocada en su abrazo, todavía húmeda y vacilante, la niña le mostró los ojos y algo en las alas de sus labios que parecía una pregunta.
-¿Qué quieres saber?- le dijo la tía Jose jugando a que entendía ese gesto.
Como todas las madres, tía Jose pensó que no había en la historia del mundo una criatura tan hermosa como la suya. La deslumbraban el color de su piel, el tamaño de sus pestañas y la placidez con que dormía. Temblaba de orgullo imaginando lo que haría con la sangre y las quimeras que latían en su cuerpo.
Se dedicó a contemplarla con altivez y regocijo durante más de tres semanas. Entonces la inexpugnable vida hizo caer sobra la niña una enfermedad que en cinco horas convirtió su extraordinaria viveza en un sueño extenuado y remoto que parecía llevársela de regreso a la muerte.
Cuando todos sus talentos curativos no lograron mejoría alguna, tía Jose, pálida de terror, la cargó hasta el hospital. Ahí se la quitaron de los brazos y una docena de médicos y enfermeras empezaron a moverse agitados y confundidos en torno a la niña. Tía Jose la vio irse tras una puerta que le prohibía la entrada y con aquel dolor como un acantilado.
Ahí la encontró su marido, que era un hombre sensato y prudente como los hombres acostumbran fingir que son. Le ayudó a levantarse y la regañó por su falta de cordura y esperanza. Su marido confiaba en la ciencia médica y hablaba de ella como otros hablan de Dios. Por eso lo turbaba la insensatez en que se había colocado su mujer, incapaz de hacer otra cosa que llorar y maldecir su destino.
Aislaron a la niña en una sala de terapia intensiva. Un lugar blanco y limpio al que las madres sólo podían entrar media hora diaria. Entonces se llenaba de oraciones y ruegos. Todas las mujeres persignaban el rostro de sus hijos, les recorrían el cuerpo con estampas y agua bendita, pedían a todo Dios que los dejara vivos. La tía Jose no conseguía sino llegar junto a la cuna donde su hija apenas respiraba para pedirle: “no te mueras”. Después lloraba y lloraba sin secarse los ojos ni moverse hasta que las enfermeras le avisaban que debía salir.
Entonces volvía a sentarse en las bancas cercanas a la puerta, con la cabeza sobre las piernas, sin hambre y sin voz, rencorosa y arisca, ferviente y desesperada. ¿Qué podía hacer? ¿Por qué tenía que vivir su hija? ¿Qué sería bueno ofrecerle a su cuerpo pequeño lleno de agujas y sondas para que le interesara quedarse en este mundo? ¿Qué podría decirle para convencerla de que valía la pena hacer el esfuerzo en vez de morirse?
Una mañana, sin saber la causa, iluminada sólo por los fantasmas de su corazón, se acercó a la niña y empezó a contarle las historias de sus antepasadas. Quienes habían sido, que mujeres tejieron sus vidas con que hombres antes de que la boca y el ombligo de su hija se anudaran en ella. De que estaban hechas, cuantos trabajos habían pasado, que penas y jolgorios traía ella como herencia. Quienes sembraron con intrepidez y fantasías la vida que le tocaba prolongar.
Durante muchos días recordó, imaginó, inventó. Cada minuto de cada hora disponible habló sin tregua en el oído de su hija. Por fin, al atardecer de un jueves, mientras contaba implacable alguna historia, su hija abrió los ojos y la miró ávida y desafiante, como sería el resto de su larga existencia.
El marido de tía Jose dio gracias a los médicos, los médicos dieron gracias a los adelantos de su ciencia, la tía abrazó a su niña y salió del hospital sin decir una palabra. Sólo ella sabía a quienes agradecer la vida de su hija. Sólo ella supo siempre que ninguna ciencia fue capaz de mover tanto, como la escondida en los ásperos y sutiles hallazgos de otras mujeres con los ojos grandes.

Gracias por estar, y por formar parte de mi lista personal de mujeres "de ojos grandes"...
Un abrazo cariñoso!!!!
La hermosa imagen que acompaña el relato es una de las "Habaneras" del pintor cubano Servando Cabrera Moreno, las hallé y me encantaron!!

30 comentarios:

  1. Bellísima imágen! Con la historia te cuento, mi suegra me prestó el libro hace un par de años y ¡no entendía nada!!! No hubo caso, lo dejé, no me atravesaba. Leía un párrafo y tenía que volver a leerlo para tratar de entender. Tiempo después, releí algunos cuentos y el click se hizo desde el inicio, como ahora. Definitivamente la lectura y la interpretación están ligadas a nuestro estado de ánimo y éste a la capacidad de comprensión.
    ¡Hoy tengo un día profundo....esquivame!!! jaja!!!!

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  2. Precioso Marcela!!!
    Gracias por compartirlo, es un bello relato.
    La pintura bellísima!!
    Un abrazo y muy buen fin de semana!!!!

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  3. Marcela, el cuento me hizo llorar como una condenada pero me encantó!
    Muchas gracias por invitarme a leerlo.
    un beso grande
    Cecilia

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  4. Hola Marce!Bellisimo cuento!ni hablar de la pintura.....Lo de tu abuelita...me emocionó tanto y como vos decís cuantas historias tejidas!
    Te mando un besazo!

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  5. Gracias por el abrazo y palabras acerca de mi entrada en mi blog por la máquina de coser. Estoy pensando que me metí en una grande porque todas esperan ver algo muy bueno hecho con la máquina.
    La pintura..., pensé que era un autorretrato tuyo.
    Como siempre, me encantó tu historia.
    Un abrazo,
    Yasmin

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  6. Marcela me encantó tanto hasta el punto que lo voy a tomar prestado , con tu permiso por supuesto, para el día que tenga que contar una historia cuando arranquemos con el proyecto de las hilanderas , EL Tejido por la PAZ, ya te contaré de esto.
    Y por otro lado desde el primer momento que vi en mi barra lateral la actualización de tu blog, dije: guauuuuuuuu Marce se hizo un autoretrato!!!!!!!!!!!! o se lo pintó la hija, te juro!!!!!!!!!es increíble pero sos vos,
    me encanta , me encanta de veras, no me animaba a decirtelo y justo leo en el comentario de arriba casi casi lo mismo , asique bue no podía dejar de decirlo jejejjeej gracias por compartir un cuento tan hermoso
    besitos y que tengas un excelente fin de semana

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  7. Hola amiga!!!
    Gracias por compartir tan lindo cuento!!!
    La pintura está genial!!!
    Que Dios te Bendiga Hoy y Siempre y un fuerte abrazo desde Venezuela!!!

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  8. Hola Marcela, bellísimo cuento, hay que leerlo lentito, lo suficiente como para sentir como nos vemos interpretadas.
    Abrazos.

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  9. precioso relato Marcela, creo que será mi próximo libro para leer. Un beso

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  10. Hola, Marcela! Muy bella tu Abuela y especial su historia contigo! También es muy bonita tu hermana menor! El cuento no lo leí, pero pinta precioso, como todo lo que nos compartís! Gracias por pasar, y no te preocupes, aunque me "ausente", siempre estoy en el mismo lugar! Jajaja! Un abrazo! Buen domingo y Muchos Besotes!!!

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  11. Un relato precioso, tienes dotes para la narracion :). Supongo que todas nos vemos un poco en él.

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  12. Marcela leì el libro y yo tambièn creì que la figura eras vos. Yo tenìa una sobrina que querìa que le contara la historia de la familia, me tomaba la mano y decìa:contame tìa,esto lo vamos a escribir.No pudimos,pero siempre siento su mano en la mìa.Gracias. Besos desde Bs.As. Renèe

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  13. Que bonito Marcela!!, es inevitable emocionarse,gracias por compartirlo con nosotras.
    Un abrazo grande.

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  14. Hola Marce! yo tengo ese libro! lo lei hace un par de años, es muy lindo! un besote
    pd: tripa de pollo? uacalaaaaaa jajajja besotes!

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  15. Hola Marce, que lindo cuento! gracias por el detalle de compartirlo!...
    Besitos!

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  16. Bueno, me tomé unos minutos después de leer el cuento y poder dejarte el mensaje....me hizo llorar un montón. A mí ella me encanta como escribe, gracias por compartirlo con todas nosotras!

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  17. Marcela:
    Qué belleza este cuento!
    Más que cuento diría un relato.
    Un relato maravilloso.
    Gracias, amiga por compartirlo.
    Ahora entiendo por qué es tu preferido.
    Bs, María Elena.-

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  18. Ajajajja como me haciste reir , obvio que es google translator, lo mío es castellano( ni siquiera español), ahora cordobés y a gatas alguito de ingles jajajaj ,y si tenes ganas traducilos a ver si te das cuenta de otra cosa jajjajaj, fuera de broma, sí ,hay dos o tres que me escriben de veras en inglés, sobre todo cuando hago el Friday.
    te mando un besito y gracias por decirme que te gustó mi primer free motion , a mi tambien y mucho jajjajaj hasta prontito!!!!!

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  19. Querida Marcela!!!! Por fin llego!!!!!
    Muchisimas gracias por tu comentario cariñoso en mi blog!!!!
    Poco a poco voy poniendome al dia....
    Como viste, cosí poquisimo...pero lei un montón! Creo que han sido nueve libros en dos meses, ya te contaré.

    Me compré un par de libros de Mastretta, tal como me dijiste y me encantaron. Hasta los leyó mi mama!

    Muchos besos.

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  20. Hola, Marcela!!! Gracias por esas bellas palabras! Y si te estás "acordando" de mí, espero que sea bien! Jajaja! Ya veré qué maravilla sale de tus manos, porque lo importante no son las telas, ellas sólo son un medio, lo que realmente vale es el esfuerzo y lo que logramos con nuestras manos! Un fuerte abrazo! BESOTES!!!

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  21. Hola...q lindo este cuento, me emociono mucho!Cuantas mujeres de ojos grandes vamos descubriendo a traves de este mundo no?
    .....
    Hace mucho q no pasaba y has hecho unos trabajos super bonitos!!!
    un beso grande desde Roma
    Anabella

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  22. Hola Marcela:
    Leí hace días tu post, y en ese momento no tuve tiempo de dejar un comentario... luego, lo siento, se me ha pasado.
    Este cuento que nos traes es sumamente tierno y emocionante.
    Hace poco encontré una labor en un blog que hace un maridaje perfecto con tu cuento.
    Te dejo el enlace:
    http://laslaboresdeanamaria.blogspot.com/2010/08/asi-va-mi-arbol-de-las-madres.html
    Estoy segura de que te encantará.
    Gracias por colocar el banner de mi sorteo.
    Besitos.

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  23. Gracias por traer a esta gran mexicana a relucir. Que te puedo decir, que me encanta y me encanta aun mas que nos compartas este parrafo hoy!

    Eres una persona muy sensible y sensata y lo mejor... Eres mi Amiguita!!!

    Gracias por todo!

    Besitos

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  24. Acabo de hacerte un comentario querida Marce,no sé que pasó espero no se haya borrado.Cariños

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  25. SIIIIIIIIII SE BORRÓ,te comentaba que también la he leído a Mastretta,me fascina cómo escribe, siempre encontramos en su obra mujeres de ojos grandes como Catalina de "Arráncame la vida",seguro que leíste la novela.Siempre un gran placer pasar a visitarte y antes de irme te deseo un maravilloso día del maestro.Un fuerte y cariñoso abrazo

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  26. Hola Marcela, hermoso el homenaje que haces a tu abuela en el post anterior, así da gusto visitarte.
    Me comentas el tema de clases para niños, y la verdad es que yo siempre he dado clases para adultos. sin embargo veo lo que imparten a mi hijo, y veo que cada vez se da más importancia a las artes plásticas entre los pequeños -aunque no la suficiente-. Me alegra mucho tu iniciativa. Yo creo que lo mejor si son pequeñitos es dejarles experimentar con la pintura, el barro, etc, dejarles crear y comunicarse por medio del arte. También enseñarles obras de artistas, para que aprendan a mirar, los niños son sabios y absorben como esponjas todo lo que ven.
    No dudes en preguntarme si lo necesitas.
    Un abrazo fuerte y hasta pronto.

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  27. HOLA MARCE!!!! HERMOSO CUENTO...YO ME IMAGINABA QUE ERAS TU QUIEN ME LO CONTABAS...JAJA Y DE PRONTO ME HIZO RECORDAR AL CUENTO DE LAS TEJEDORAS DE IRLANDA, ALGUN DIA LO PUBLICARE YA QUE CREO TIENE MUCHO QUE VER CON NOSOTRAS LAS BLOGERAS, QUE COMPARTIMOS NUESTROS TRABAJOS Y TAMBIEN PARTE DE NUESTRAS VIDAS...TE ESPERO DE VSITA EN MI BLOG...YA TE ESTOY EXTRAÑANDO..UN BESO GRANDE MARIELA.

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  28. Marce:
    Muchas gracias, amiga por el saludo por nuestro día! Hoy una alumna del curso de adultos me regaló una torta enooooorme y riquísima. No podía creer lo que era esa torta. Mis hijos chochos, te imaginarás. Espero tengas un lindo día mañana y que hayas recibido mimos de tus alumnos también. Trabajás en un jardín de infantes, no?
    A mi también me encantó la frase de Francisco de Asís cuando la leí y lo primero que pensé fue ponerla en un lugar importante para compartirla.
    Besitos y feliz día, Marce.
    María Elena.-

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  29. un cuento precioso, muchas gracias por compartirlo.

    me encanta venir a leerte, siempre salgo enriquecida espiritualmente

    besitos

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